jueves, 24 de mayo de 2012

Investigar o creer

Me pregunto una cosa, muy sencilla por cierto. Cuando se investigan supuestos fenómenos paranomales ¿Hay que ser un fiel creyente en ellos?
Últimamente he estado disfrutando con varios programas de misterio (por cierto, no os perdáis el programa "Fraudes y fraudulentos" de Ángulo 13, sencillamente genial) y llego a la misma conclusión... La verdad no vende. Ya sé que ni la frase es nueva ni soy el primero en darse cuenta, pero aparte de inventarse terroríficas psicofonías (algunas de ellas incluso pedían el complemento ideal para un buen y perfecto cubalibre) hay que creerse a pies juntillas, por ejemplo, que toda cosa extraña que salga en una foto es un orbe con alma en pena incluida o una nave extraterrestre "acolapsá" de hombrecitos verdes en su interior. Claro, y si dices la verdad o desenmascaras a estos sin vergüenzas del "todo vale" resulta que estás intentando acabar con el mundo del Misterio. Yo he sido testigo del espeluznante caso de ver como sonaba un detector de presencias al paso de un afamado investigador en pleno directo con un programa de radio ante el beneplácito de los acompañantes. En realidad no mintió, dijo que había saltado el volumétrico, pero se le olvidó el pequeño detalle de indicar que fue a su paso
Un poquito de por favor, seamos serios. No podemos meternos en una investigación creyendo que todo lo que pase allí, como el crujido normal de una viga por ejemplo, proviene del Más Allá sin tener en cuenta las explicaciones lógicas del "Más Pacá".
Así nos va que somos el hazmerrir de los negacionistas (mal llamados escépticos) Ya sea por vender miedo, estar en el "candelabro" o simplemente ser un fiel creyente que no se quita las anteojeras para ver lo que hay alrededor, se da por paranormal lo que es pefectamente normal.
Por favor, seamos incrédulos a la hora de realizar una investigación, en mi humilde opinión es el mejor método para discernir lo normal de lo paranormal, pero claro... Quizás tengas que engañar al personal porque tienes que hacerte famoso y vivir del misterio a toda costa (palabras textuales de otro gran investigador, escritor y bebedor de Coca-Cola)

lunes, 24 de octubre de 2011

Todo vale

Que pena, que desilusión! Pero ¿Qué está pasando? Aun recuerdo cuando era casi un niño y me empezaban a interesar los temas del misterio, crédulo de mí, en las que daba por sentado que todo lo que leía, oía o veía proveniente de las “vacas sagradas” era la verdad absoluta y que los malos malísimos trataban de impedir que esta verdad llegara al resto de la especie humana.

Si decían que un ovni de proporciones gigantescas se plantaba en mitad de la Plaza Mayor de San Cucufato de Arriba era lo más cierto del mundo mundial porque lo decía esa persona, y si resulta que investigaciones posteriores daban como resultado que era fraude o exageración (no por parte del escritor, que haberlos háilos) era poco menos que una conspiración judeo-masónica para intentar ridiculizar el fenómeno ovni (y de paso que no te estropeen las ventas de los libros)

Si un fantasma espeluznante camina por los pasillos de un viejo edificio, habrá que hacer lo posible para que la susodicha alma en pena asuste más todavía, así que habrá que ayudarla golpeando taquillas, provocando que salten los volumétricos  y haciendo todo el ruido posible para los que no están viendo y confían en la palabra del investigador de turno vean lo horripilantemente mal que se está pasando allí.

Escritores de “prestigio” que se creen en posesión de la verdad absoluta sobre un tema (yo más bien diría monotemático) que no sólo se creen con dicha verdad, sino que no consienten que nadie toque ese tema porque al parecer compraron la exclusiva.

“Amigos” que traicionan la confianza y se aprovechan de descubrimientos en investigaciones para apuntarse el tanto.

Personajillos que no les importa decir lo que no es por tal de obtener fama y notoriedad y si hay que falsificar pruebas y hacer comulgar al personal con piedras de molino se hace.

¡Que pena, que desilusión! Pero ¿Qué está pasando? ¿Por qué hay que engañar a esas personas ávidas de saber que entraña de verdad un misterio?
¿Por qué nos engañamos a nosotros mismos? 
¿Por qué está tan mal el mundo del misterio?  
¿Por qué todo vale?

lunes, 17 de octubre de 2011

El término medio

¿Por qué todo en esta vida gira sobre polos opuestos? ¿Por qué hay que ser caliente o frío, y no templado? ¿Blanco o negro, y no gris? ¿Positivo o negativo? ¿Por qué en el misterio hay que creer o no creer? ¿No podemos llegar a un término medio?

Por un lado están los escépticos racionalistas (que yo más bien los calificaría de negacionistas), que siempre llevan el NO por bandera, negándolo todo por sistema, renunciando a lo que significa la palabra escéptico: “Quién duda y reserva juicio”. O lo que es lo mismo, no negar, que parece ser la afición favorita de estos señores.

Por otro lado tenemos a los fanáticos creyentes, que sobre todo se dan en relación con el fenómeno Ovni. Toda luz que se mueva por el cielo, incluso cualquier objeto desconocido, está tripulado por seres del espacio provenientes de una galaxia muy, muy lejana y, para colmo, nos describen con pelos y señales su morfología y hábitos alimenticios. Incluso que en la cara opuesta de la luna hay naves como las que usaban en “La Guerra de las Galaxias” (no pude interrogar a este respecto a tan docta sentencia, si las naves eran del Imperio o de la Alianza rebelde, aunque bien podía tratarse del Halcón Milenario que viajaba a la velocidad de la luz y así llega antes a la Tierra).

Y los que no son de la rama ufológica, pero que sentencian que cuando una persona nace lo hace llorando (bueno esto sí es cierto), pero que cuando muere lo hace riendo… Posiblemente a quien dijo esta gran sentencia se lo comunican los que mueren.

Tampoco nos olvidemos de una nueva especie que ha hecho su aparición, los vividores. Los vividores pertenecen a esa comunidad que está muy relacionada con los fanáticos y que se alimentan de ésta. Su sistema es manipular, exagerar e incluso mentir los datos que le ofrecen para dar más morbo, y lectores u oyentes a sus bolsillos.

Y ahora reflexionemos. Los escépticos, racionalistas, negadores se basan en la ciencia y si no está basado en la ciencia no es posible. O sea, que si por ellos fuera ni existiría el oxígeno, la Tierra sería plana y el centro del Universo.

¡Y yo que creía que un científico era una persona que reconocía que la verdad absoluta no existe, que incluso teorías muy arraigadas son debatidas con el tiempo! Hasta el prestigioso Stephen Hawking rectificó en sus teorías.

¿Tanto cuesta reconocer que pueden existir fenómenos físicos (y digo bien, físicos, nada de paranormal ni ufológico) aún no conocidos? ¿O es que su gran intelecto se vería mermado?

Señores fanáticos ufológicos, ¿por qué no atendéis a muchas evidencias de que hay unas cosas que se llaman prototipos y que a los gobiernos lo que les interesa es hacernos creer en hombrecitos verdes para desviar la atención de proyectos secretos? ¿No os parece raro que los extraterrestres precisamente colaboren con el Gobierno de EE.UU.? ¿Que todo acontezca a partir de 1947 cuando la II Guerra Mundial acaba en 1945 y muchos científicos alemanes pasan a colaborar con los Estados Unidos?

Señores vividores, ¿cuándo vais a informar de verdad y no ser sensacionalistas con eso de que “el misterio vende”?

¿Cuándo vamos a entrar todos en el término medio y así nos irá mejor?